Llevaba tiempo diciendo que La promesa de Ítaca seguía en pie hasta que no sacara el poco equipo que me quedaba en el taller de Emilio. Han sido meses de ver como la banda agonizaba. Han sido meses de devanarme los sesos para tratar de buscar una solución a la tremenda época de crisis por la que atravesaba el grupo. Han sido meses en los que he ido comprobando, día tras día, que la banda con la que subí por primera vez a un escenario a tocar se iba esfumando lentamente. Las cuatro cosas que me quedaban en el taller de Emilio, un pequeño ampli, un soporte de guitarra y un atril, ya están en mi casa así que ya es oficial: hoy, 8 de enero de 2017, se disuelve La promesa de Ítaca.
Desde que Rosana dejara el grupo, los ensayos se han ido sucediendo sin pena ni gloria hasta desembocar en una situación insostenible. Hemos intentado por todos los medios mantener la banda a flote, hemos introducido en el repertorio versiones de grandes temas que nos apasionan a todos, he intentado tirarme de nuevo a la piscina de la canción y tratar de cantar los temas. Han sido meses de prolongar lo inevitable. Sumamos el parón estival que tuvimos, y el resultado es que hay que dejarlo. Por diversos motivos hemos tenido que reestructurar las sesiones de ensayo para poder compatibilizar los ensayos de Viajando con lo puesto y de Calandria Club y al final no hemos sido capaces de cuadrar ensayos para La promesa de Ítaca.
Da bastante pena que se acabe así porque han sido años de mucho trabajo, mucho sacrificio y amistades bien forjadas que se van a quedar con un final bastante vacío. No sabemos qué nos va a deparar el futuro, en ocasiones tan caprichoso, pero de momento me tengo que centrar en Viajando con lo puesto y en Calandria Club. No sabemos si La promesa de Ítaca tendrá alguna vez otra oportunidad, estaría muy bien, pero por ahora esto es el final de la banda. Esperamos tener algún día un gran resurgir.
Encuentra más música y más proyectos en nuestra sección de novedades: juantrece.com/novedades.
Juan Trece
juantrece.com